jueves, 29 de enero de 2009

La amiga, tú y yo (female)

La amiga y nosotros

Segunda parte: La amiga, tú y yo (female)


Desde que por la mañana me enteré de tu accidente en una conversación casual, mi cabeza no paró de pensar en ti, en la reunión fui una autómata que regaló sonrisas huecas tratando de ocultar mi desasosiego, mi socio, Santiago, alucinó conmigo, no hizo preguntas, discreto como él era, supo echarme un capote para suplir mi ausencia.




La mañana pasó rápidamente y Santiago debía marcharse ya de vuelta a Valencia, era el cumpleaños de su hijo y quería llegar pronto, por lo que me quedé por si había que resolver dudas de última hora, se lo debía, cogería el último tren.




Me fui a comer a La Miranda del Museo, me encantaba y hoy más, necesitaba relajar mi mente y permitirme divagar, mientras degustaba una riquísima fideua y una copa de vino blanco, miraba sin ver el Tibidabo a través del cristal y sin apenas darme cuenta llegaste de nuevo sin llamar, te vi ahí, sobre el reflejo de mis recuerdos que volvían , no me ibas a dejar que te olvidara.




Fuiste mi primera y única incursión a las fronteras oscuras de un mundo donde perviven los deseos inconfesables del sexo soñado, un pulso comiéndole metros a mis límites como goma elástica a punto de saltarme en los morros, una búsqueda siempre hacia adelante, tan hacia afuera como necesitada de profundizar en mí.




Me dejaste un regusto rancio, un punto adictivo, venenoso pero que me hizo relamerme, como una tónica, quienes seáis de mi quinta, recordareis su publicidad, eso es que te había probado poco, azúcar, ácido cítrico, anhídrido carbónico, aromas naturales y quinina, amarga, heroína adulterada cura de mi malaria que se verbalizó en ti.




A menudo pensé que no me sabías leer, otras que me leías como nadie, un lector siempre callado, en tus manos fui un libro que dejabas olvidado en la mesita de noche para después empaparlo de saliva pasando mis hojas una y otra vez.




A pesar de que me moría por saber de ti, decidí que no debía hacerlo, sabía que no tenía que hacerlo, pero no pude evitar cumplir un penúltimo deseo, como alcohólico en su última borrachera, un trío suplicado y nunca concedido como una copa del mejor de los vinos que sabes nunca volverás a catar.




Sobre la mesa tenía La Vanguardia, busqué en la sección de anuncios, sabía lo que quería, una primera llamada y todo estaba en marcha, la segunda iba a ser más difícil, busqué tu nombre en mi agenda, durante un tiempo lo borré pero después decidí grabarlo de nuevo aunque sabía que nunca te vería parpadear en la pantalla, reconocer las vivencias era superar lo vivido, un peldaño más subido, oí tu voz suave como la recordaba, con ese acento que sabías explotar como seductor aficionado y te solté una parrafada inconexa, te dije que te visitaría con una amiga, no te dejé apenas hablar y colgué, estaba próxima al colapso y a las dudas que aparecían les di un portazo a la par que corrí la silla bruscamente para no flaquear.




Me encaminé Via Laietana hacia la Diagonal buscando un taxi, y pronto me encontré en tu calle, aún tuve que esperar unos minutos hasta que la vi aparecer, era preciosa, una mezcla de sentimientos subía por mi esófago como hiel, la admiración y celos se mezclaban, el azul de lo más bello y el verde de la envidia, se convirtieron finalmente en un azul esmeralda, alta, morena, melena lacia, elegante y sobretodo muy exótica, sabía que te volvería loco.




Le pedí la llaves al portero, era nuevo, lo agradecí, me evitaba rutinas sociales de las que en aquel momento no me sentía capaz y en el ascensor le conté a la supuesta amiga lo que quería, entendió perfectamente la situación, me imagino que aunque acostumbrada a todo tipo trances no olvidaba ser ante todo mujer.




Ya en la puerta, un rápido intercambio de miradas, una sonrisa forzada y un tirón nervioso a mi falda acomodando los prejuicios y el orgullo.




Te llamé, la voz me sonó extraña lo que incrementó mi inseguridad, directa a tu dormitorio, y aún sin verte por la casi penumbra te solté un :




- Me pediste un regalo, un regalo muy especial y ahora no sé muy bien el por qué pero sé que lo necesitas.




Con un gesto la invité a que pasara, ahora ya te veía, mis ojos reconocieron cada relieve de esa habitación, guarida de las pasiones, la amiga entró, y a tus ojos volvió la mirada lasciva de nuestra primera noche, nos mirabas atónito, pero no te dejamos pensar demasiado, ese ha sido siempre tu problema , ya sobre ti, tu boca fue mi rehén, te besé una y mil veces, cien mil, un millón, un trillón, me daba cuenta de los sedienta que estaba, mis dedos buscaron anclarse en tus manos por encima de tu cabeza, aprisionándote, no podía dejar de temblar, estaba rabiosa, con la furia de la que quiere y no debe, casi la olvidé hasta que su sombra se superpuso a las nuestras sobra la pared, sombras chinescas a tres bandas que me erotizaban , que me anunciaban como la amiga corsaria venida de otros mares abordaba mi velero y aferrada al mascarón de proa , izaba hacia lo más alto el pabellón pirata.




Quería veros, y me retiré hacia una esquina de la cama, sin dejar de mirarte, me desnudé, quería hacerlo despacio, pero mis manos buscaban rápidamente mi piel, enfebrecida, me masturbaba junto a vosotros que en perfecto sesenta y nueve evolucionabais hacia el setenta, setenta y uno, setenta y dos...., hacían el ochenta, ....noventa,.... el cien, número mágico, 1 0 0 tres dígitos que se ensamblaban sin junturas, tú, ella y yo.




Ya no pude más y sobre ti dejé que me comieras el coño, creo que ni siquiera te diste cuenta de ello, estabas extasiado, cerré los ojos para sentirte y de repente tu lengua estaba sobre mis tetas, ¿tu lengua? a veces eres algo culebra pero dudo mucho que seas capaz de llegar hasta ahí, abrí los ojos y era ella la que me chupaba, succionaba y me di cuenta de cómo me gustaba, cerré de nuevo los ojos para tapiar con ellos la puerta a la conciencia y os dejé hacer, que placer, dos lenguas para mí, una nueva primera experiencia vivida contigo.




Frente a frente, la amiga y yo sobre tu cuerpo, éramos noria por donde se deslizaban libremente nuestros flujos, te corriste dentro de ella y yo sentí que lo hacías dentro de mí, el aliento de tus gemidos de dolor y placer en mi coño y tu lengua sin ritmo me arrancó un largo soplido que vació mis entrañas y nuevamente todo se puso en marcha, una y otra vez el agua de la noria de nuestros cuerpos giraba de uno al otro y al otro, y al otro una vez más bajo el reflejo de la luna que ya asomaba curiosa buscando el cuarteto...................


“Senyors viatgers estem arribant a l'estació destinació termini Alacant, Renfe els desitgem que .....................”, una voz en off me llamaba, los altavoces del tren me obligaron a volver a mi realidad, desorientada miré por la ventanilla, el puente rojo a la entrada de Alicante, me anunciaba que llegaba a casa, pero lo hacía sonriendo, al fondo estaba el mar, seguro que siempre habría algún velero fondeado que provocara un ” dejà vu “ cuando buscara sentirte otra vez.





Fotografías Emil Schildt Pascal Renoux y “Machine infernale “ de Jean Jacques André

lunes, 26 de enero de 2009

La primera batalla




La emoción de la primera batalla en la guerra de la seducción, primer cuerpo a cuerpo entre conquistador o conquistado, vencedor o sometido, quien es quien, fronteras que se confunden, se diluyen, ejércitos enfrentados sobre una misma línea de tiro.



Dedo ofrecido a tus labios como bandera blanca engañosa, caballo de Troya que se sumerge en la blandura de tu boca buscando en los recovecos de tu alveolo al combativo emisario que es tu lengua, batería de besos y arrumacos, entre discursos de intenciones, aletas hiperventiladas de escuadrones que avanzan reconociendo nuestros olores, guerra química de salivas que te impregnan, te envenenan dulcemente, tácticas disuasorias mientras se prepara la ofensiva final, una mano distraída en tu bragueta, directa al centro de operaciones buscando tu capitulación, comandante rendido que tras la paz efímera prepara un nuevo asalto en nuestra cruzada inagotable.
Fotografía Equus de Jean Jacques André

domingo, 25 de enero de 2009

El domingo sigue amarillo

Si crees en los sueños, ellos se crearán
Junta los labios y sopla
No soples tan sólo en los cumpleaños.
Sopla y pide, sopla y pide
Soplar hace que todo sea mejor
Pon tu boca en forma de O
Piensa un deseo, pero piensa que quizá se cumplirá
Y sopla, saca aire, aire tuyo
Quédate sin soplido
Junta tus labios y sopla
I'm sorry,"
It's all that you can say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like "sorry" (like "sorry"..like "sorry"..)
"Forgive me,"
is all that you can say
Years gone by and still
Words don't come easily
Like "forgive me" ("forgive me"..."forgive me"..) Forgive me..
But you can say, baby
Baby can I hold you tonight?
Baby, if I told you the right words
oooh, at the right time
You'll be mine
I love you is all that you can say
Years gone by and still
Words don't come easily (words don't come easily..)
Like "I love you", I love you..
But you can say, baby
Baby can I hold you tonight?
Baby, if I told you the right words
oooh, at the right time
You'll be mine
(Baby can I hold you...)
But you can say, baby
Baby can I hold you tonight?
Baby, if I told you the right words
oooh, at the right time
You'll be mine
(Baby, if I hold you..)
(Baby, can I hold you..)
You'll be mine..
(Baby if I told you..)
(Baby, can I hold you..)
You'll be mine..
(Baby if I told you..)
Baby, can I hold you

El domingo se vuelve amarillo

Ronan Keating con su” When you say nothing at all” sonando de fondo y Albert Espinosa con su “El Mundo Amarillo” en mis manos.

No puedo encontrar mejor combinación para esta mañana de domingo en la que me siento algo extraña, el viento sopló toda la noche mareándolo todo, ruedas danzantes que no llevan a ningún sitio como las ideas en mi cabeza y las emociones bajo la piel, buscaron el corredor de salida.

Todo está bien, levanto la persiana del ventanal del salón y el Castillo de Santa Bárbara ahí está, como todos los días y aunque no lo veo sé que mi mar está detrás, jarabe calmante de inflamaciones, todo está bien, el domingo se vuelve amarillo.

El mundo de los amarillos, una nueva categoría de la amistad, que no son amantes ni amigos, pero que son capaces de cambiarte la vida con una sola conversación, con un cruce de miradas, una mano que se ofrece en el momento justo, esos que parecen que te leen el alma como un TAC.

It's amazing how you can speak right to my heart
Without saying a word you can light up the dark


Yo soy afortunada al haberme encontrado con algunos de esos seres especiales, a algunos les puedo poner nombres, que no haré por salvaguardar su pudor, otros son anónimos, esos amarillos, estoy convencida de que todos lo hemos hecho pero para ello es importante aprender a mirar para verlos, saber ver parar mirarlos.

The touch of your hands says you’ll catch me wherever I fall
Your say it best, when you say nothing at all
WHEN YOU SAY NOTHING AT ALL

It's amazing how you can speak right to my heart
Without saying a word you can light up the dark
Try as I may I can never explain
What I hear when you don't say a thing

The smile on your face let's me know that you need me
There's a truth in your eyes saying you'll never leave me
The touch of your hand says you'll catch me wherever I fall
You say it best, when you say nothing at all

All day long I can hear people talking out loud (oh...)
But when you hold me near (oh, hold me near)
You drown out the crowd (drown out crowd)
Try as they may, they can never defy
What's been said between your heart and mine

The smile on your face let me know that you need me
There's a truth in your eyes saying you'll never leave me
The touch of your hand says you'll catch me wherever I fall
You say it best, when you say nothing at all...oh

Oh, the smile on your face let's I know that you need me
There's a truth in your eyes saying you'll never leave me
The touch of your hand says you'll catch me wherever I fall
You say it best, when you say nothing at all

You say it best, when you say nothing at all
You say it best, when you say nothing at all
(The smile on your face)
You say it best, when you say nothing at all
(The truth in your eyes)
(The touch of your hand)
You say it best, when you say nothing at all
(Let me know that you need me)
You say it best, when you say nothing at all (nothing at all)
You say it best, when you say nothing at all (nothing at all)
You say it best, when you say nothing at all (nothing at all)

viernes, 23 de enero de 2009

Ver despertar


Ver como despierta alguien, crea una sensación de cercanía, de verle nacer, de verle volver a la vida; eso es comparable a mil, o mejor dicho, a cien mil conversaciones", dice Albert Espinosa en su libro El mundo amarillo

“Hay trazas sensuales y sexuales, que son las que nos ponen. Y luego hay las trazas amarillas. No te ha pasado en un avión que te encuentras con un chic@, que tienes ganas de hablar con esa persona por la forma de pasar las paginas, por un ojo más grande que otro, por un olor que proviene de esa persona. Las trazas amarillas sirven para saber quien son amarill@s. Pero es biyectivo, esa persona también ha de querer ser amarillo. Además son importantes las caricias y los abrazos. La gente pone el 95% de su cariño en una única persona, cuando no pondría el 95 % de su dinero en el mismo banco. Los amarillos tienen un 30% de caricias. Y es importante dormir y despertar con las personas amarillas, no sexualidad ni intimidad.
Ver despertar!!!”
Fotografías de Arno Rafael Minkkinen y The Tenderness de Saukek

Valmont se esfumó


Mi Valmont desapareció aun antes de reaparecer evitando así un nuevo error, una muesca en un colchón o en un corazón, lo acorralé para que decidiera lo que yo no era capaz y no me falló. Ahh, no puedo evitarlo!!.


El juego de la seducción apenas duró un instante, la noche de pasión fantaseada en nuestras mentes lujuriosas era polvo y rápido adiós en un pasillo en nuestras manos, mensaje tras mensaje lo erótico se volvía obsceno, lo morboso en sucio, los pellizcos en el alma que nos despiertan de la rutina en resaca incluso antes de la borrachera.



Sin apenas llegar, se esfumó mi Valmont, se alejaba deshidratado por el libar de mis musas saciadas del maná del deseo que aunque no satisfecho vaciaría durante algunos días mi cama del cadáver del que quiere pero no consigue sentir nada.

Fotografía Dream de Jean Jacques André

jueves, 22 de enero de 2009

Erase........




Erase un hombre impermeable



Erase un señor envasado al vacío



Erase un hombre a un condón pegado



Que para no sentir se envolvió en mil capas de celofán



Pero no se dio cuenta de que al no dejar pasar a la vida



él también quedaba fuera



simplemente porque no sentía ...... nada.




fotografías de Mark Sink y Arno Rafael Mikkinen

miércoles, 21 de enero de 2009

"No puedo evitarlo"


Como una Madame Tourvel del siglo XXI ante mi particular Vizconde de Valmont hoy no quiero reprimir ser yo la que diga “No puedo evitarlo” y encamine mis pasos hacia su juego de placer y alivio inmediato, enmascarando de normalidad la felicidad efímera, el consuelo, el calor tibio de las Amistades Peligrosas.

Fotografía de Pawel Sujecki

jueves, 15 de enero de 2009

La amiga, ella y yo (male)


La amiga y nosotros

Primera parte: La amiga, ella y yo (male)

Eran ya tanto días con esta sensación, que me volvía loco esperando todavía no sabía el qué, encerrado entre estas cuatro paredes de mi piso de alquiler, impersonal y hecho un caos, mi pierna rota me mantenía casi inmóvil en mi cama, aunque no conseguía que mi cabeza se contagiara de esta paz forzada y descansará al fin algo, notaba que la ansiedad estaba pudiendo conmigo poco a poco.

Sonó el móvil, pensé, otra vez del despacho, pero era ella, hacía meses que no sabíamos nada el uno del otro, me pareció muy seria, nerviosa, sólo me dijo atropellada que había sabido casualmente de mi accidente y pasaría un momento con una amiga para saludarme ya que estaba en Barcelona por unas horas y seguía camino de regreso para el sur. Le dije que pidiera la llave al portero que estaría avisado y que pasarán, ya sabía el camino.

Mientras las esperaba, intentando adecentar algo el dormitorio, aún sorprendido por su llamada, empecé a recordar los momentos vividos hacía algunos meses, aquello ya pasó pero siempre me quedó la sensación de ser un asunto inacabado, nos faltó regalarnos una despedida en condiciones para nuestra historia, una sonrisa empezaba a dibujarse en mi cara cuando el timbre me sobresaltó en mis pensamientos.

La oí llamándome con voz dubitativa, pero en seguida unos tacones se acercaron a la puerta y la vi enmarcaba en el hueco, a contraluz apenas la distinguía pero no había olvidado su silueta, aún de vez me daba un homenaje sobre su fotografía, una dedicada sólo para mí , algo más delgada quizás ,me pareció, pero espléndida como siempre.

- Me pediste un regalo, un regalo muy especial y ahora sé que lo necesitas – me dijo y sin más explicaciones, se volvió hacia la puerta, y apareció la amiga, muy guapa, morena, melena lacia, alta, espectacular, cuando me saludó su acento exótico y grave me agradó y provocó en mí un latigazo salvaje de deseo.

No podía dejar de mirarlas, entre mi desconcierto un recuerdo se hacía paso, y comencé a sonrojarme, no podía ser verdad, siempre había fantaseado con un trío y ella lo sabía, se lo había pedido aunque nunca lo había conseguido, pero por lo que leía en los ojos de ella, tensos, expectantes y en los de la amiga pícaros y confiados , parecía que mi momento había llegado.

Ella se acercó a mí y sin preámbulos, empezó a besarme, con furia, hambrienta, fue su lengua la que me invadió, me gustó, notaba como su cuerpo temblaba sin control, y entre sus besos sentí que las sábanas se deslizaban y que unas manos acariciaban mi pierna sana camino de mi entrepierna, era la amiga que tomaba posiciones, el cuerpo de ella, tapaba mi visión pero eso me causaba más placer, no saber por donde y cuando iba a ser tocado, recibir a ciegas mil caricias lo hacía todavía si cabe más excitante, la amiga despacito había bajado algo mi pantalón, la escayola no daba mucho espacio pero en seguida noté mi polla manipulada, creo que mi erección ya había empezado en el momento en que la posibilidad de la fantasía cumplida había pasado por mi cabeza por lo que en estos momentos estaba ya plena, sólo el pensamiento de cuatro manos y dos lenguas afanándose en mí era el mejor afrodisíaco.

Me alarmé cuando ella se retiró hacia una esquina de la cama, por un momento sentí que no era capaz de soportar la situación y egoístamente pensé, esto se acaba, amigo, hasta que vi sus ojos, apenas abiertos pero que parecían querer entrar en mí, decirme tanto, comenzó a desnudarse, la amiga ya lo había hecho, me había perdido el momento pero ahora disfrutaba de su cuerpo que poco a poco acercaba , su boca succionaba despacio mientras su culo quedó a mi altura, mis manos la buscaban mientras mis ojos estaban fijos de nuevo en ella que ya desnuda y de rodillas se acariciaba, eran dos cuerpos pero los sentía como uno, me creía drogado, superado por tantas sensaciones ya descontroladas.

La amiga reclamó mi atención, en perfecto sesenta y nueve nos saciábamos, me concentré en lamer esa almejita carnosa que se me ofrecía, mientras oía cada vez más fuertes los gemidos de ella mientras se masturbaba frenética ante nuestra imagen gozando, no sé en qué momento fue el coño de ella el que estuvo sobre mi boca mientras la amiga frente a ella ahora, me aprisionó entre sus muslos, en perfecto triángulo , éramos pirámide del sexo, tres vértices por donde el placer corría , nuestras respiraciones se acompasaron al chirriar de la cama cada vez más gritona, la amiga me anunciaba con su movimiento envolvente como anaconda furiosa que su orgasmo ya llegaba, cuando ya no pude más me dejé ir, aullé de dolor y placer por mi pierna enferma que se tensaba y estiraba como todo mi cuerpo en movimiento reflejo que no era capaz ni quería reprimir, mi lengua ya sin ritmo inmersa en mi propio placer notó el pulso del coño de ella que me inundaba la cara y la oí al fin soplar.

Anclado en mi colchón como una roca en un mar de lujuria y a mis propias emociones inflamadas, las dejé hacer una y otra vez , inmersos en una locura de sensaciones apenas notamos que la luna acariciaba ya nuestros cuerpos dejando que el tiempo resbalara sin apenas sentirlo.

Me desperté, la luz inundaba ya mi habitación, mientras mis ojos hacían por volver al mundo , mis manos buscaban pero no encontraron nada, estaba solo en mi cama, sin rastro de ella y la amiga, la medicación sobre la mesilla de noche me hizo dudar, era muy fuerte pero al intentar moverme el dolor por todo mi cuerpo fue mi respuesta, con una media sonrisa cerré de nuevo los ojos para volver a dormirme, tal vez rememorar, mientras pensaba: bonita despedida la de ella.



Fotografías Arno Rafael Minkkinen - Self- protrait y Jean Jacques André - Jeudí




martes, 6 de enero de 2009

Un Regalo de Reyes. El Buscador

Esta es la historia de un hombre, un buscador

Un buscador es alguien que busca, no necesariamente alguien que encuentra, tampoco alguien que sabe lo que está buscando, es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.

Hoy me pedían un regalo, poco merecido quizás, pensé, pero quién soy yo para juzgar, lo hermoso de regalar está en su placer al hacerlo y no me quitaré ese gustazo, jajaja, por aquello de lo de la gula y la lujuria, ya sabes, y aunque sé que no es éste el regalo buscado, también sé que por inesperado tal vez despierte una media sonrisa, regalaré experiencias, las de Jorge Bucay en uno de sus cuentos.

“Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos fueran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … "Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días". Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía "Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas". El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

- No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?.

El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fue lo disfrutado…, a la derecha, cuánto tiempo duró ese gozo. ¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.”

A veces imagino que es bonito pensar que se puede haber sido parte del lado izquierdo de alguna libreta aunque sólo sea por un instante, un pequeño renglón a la derecha.