viernes, 7 de noviembre de 2008

MIS PIES


Calzo un 34,5 (20 cms.) , en la cultura japonesa podría ser unos pies de loto tamaño maxi ,aquí son como los de una niña, delgados, pequeños, de dedos minúsculos con uñas siempre pintadas de colores claros, muy suaves, aparentemente frágiles pero que soportan mi temperamento y mis tacones arriba y abajo por toda la ciudad, nunca había pensado en ellos como provocadores de sensualidad , incitadores de erotismo, hasta este verano.





Estábamos en el comedor hablando ya no importa de qué, pero en ese momento sentía que esa conversación podría ser el inicio de nuestra relación, ahora sé que precisamente ella fue la que la malogró apenas siendo un esbozo.



Tú en el sofá, yo sentada aún a la mesa donde reposaban los restos del desayuno. Preparados para una jornada de playa vestíamos ligeros, yo cubría mis pies con unas sencillas sandalias planas de dos tiras blancas y plata, tenía mis piernas cruzadas ligeramente apuntando hacia ti, balanceaba mi pie, descuidada, arriba y abajo, fruto de un nerviosismo que pretendía ocultar, por mi cabeza pasaban miles de pensamientos, del que hago aquí!, pasaba al quiero estar contigo! debía haber intuido que para mí, llegaba el ansiado momento de transición aunque no lo supe hasta semanas después cuando ya era tarde.



En mi ensimismamiento no era consciente del movimiento hipnótico de mi pie, del espectáculo que mis piernas apenas vestidas te ofrecían por debajo de la mesa ,que seguías, como juez de partido de tenis desde tu tribuna.


De repente, soltaste quedo, para ti, un apenas audible,- Me estás excitado! - y mi fantasía como juguete mecánico saltó como con resorte automático , todo se puso en marcha, y mientras permanecía sentada , cobarde, indiferente a tus emociones, en mi cabeza, avanzaba hacia ti, me sentada a horcajadas y te ofrecía las puntas del lazo de mi pareo para que despacio tiraras de ellas, calló como manto azul a mi alrededor, bañándome como el mar que veía desde el balcón, ojala hubiera podido transportarnos hacia la arena y ofrecerte allí la danza que estaba a punto de iniciar para ti, sobre ti.


Te pedí que te desnudaras y te acostaras de espaldas y que prepararas tu mente para un viaje hacia oriente.




Desnudé mis pies como desnudaba por completo mis sentimientos, para ti, apoyada apenas en la pared, buscando mi equilibrio, sobre tu cuerpo, fui deslizando mi loto como flor menuda por tus piernas, seguía la silueta de tus pantorrillas, la zona suave de la parte oculta como luna de tus rodillas, la cara interna de tus muslos, tu culo seco pero cálido, mis dedos pequeños se perdían entre su hendidura, buscando tu placer , notaba tu excitación, tu movimiento iniciado para volverte, que frustré con un ligero puntapié, me indicaron que era el momento de seguir mi travesía y tras el mundo de las suaves lomas, llegué al valle de tu cintura, tu vello me hacía cosquillas, que delicia! , con cuidado como enfermera que cura una herida, pasé mi pie como gasa sanadora sobre la huella del sol sobre tu piel, esculpí una a una tus vertebras, amagué dulces pisotones sobre tus omóplatos contraturados , y curvé mi pie amoldándolo a tu cuello como bufanda protectora de mi incipiente amor.






Quise seguir con mi juego, pero atrapaste mi pie, lo acariciaste, besaste mi empeine, lamiste mis dedos, tu lengua jugaba con ellos, mis piernas temblaban ante tantas sensaciones, tiraste de ellas que vencidas cayeron sobre ti, nuestros cuerpos preparados se recibían, despiertos ya todos nuestros sentidos absorbían sedientos cada mirada, cada jadeo, cada aroma, cada beso, cada caricia, cada roce,cada ....................




........... Poco a poco, volvía, primero a lo lejos, como las olas al romper, el murmullo crecía, se acercaba, algo me contabas, tu voz de repente me sacó de mi fantasía, seguía allí sentada a la mesa y tu a dos metros de mí, pero creí descubrir en tu media sonrisa y en las chispitas en tus ojos, que quizás en algún bucle del tiempo o del espacio, oriente ya no sería nunca más un extraño para nosotros.

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