miércoles, 26 de noviembre de 2008

Mis sentidos. Te miro




Abro los ojos.... estoy en tu habitación, ahora radiante, blanca, llena de luz, oigo de fondo el mar, tu eterno compañero, por la ventana, la ciudad, grandiosa, me espera, pero yo, remolona, me estiro, me gusta despertar en tu cama.



La noche larga de otoño me parece demasiado corta.



Te oigo por ahí, huelo a café, es grato tenerte a la distancia de un abrazo, apareces y desapareces, andas recogiendo los restos de nuestra bacanal , tu desnudez me tensa, me agazapo, esperándote, fijos mis ojos en el hueco de la puerta, ahí estás de nuevo.



Me recreo en ti.



Eres alto, muy alto, delgado, muy delgado, tu esqueleto que adivino, anoche mis manos lo perfilaron, son ahora mis ojos quienes las sustituyen para completar su esbozo.



No sé si eres consciente de mi escrutinio, mis ojos te acarician, te estimulan, te arañan, te muerden, te devoran .......



Me gusta tu cuerpo imperfecto!, pancita incipiente, curva de la felicidad, quiero pensar que tengo algo que ver en ello.



Tu columna, marcada, vertebra a vertebra que quisiera como botones abrir y adentrarme en tu esencia.



Manos grandes, dedos largos de medidas perfectas para descubrir mis secretos.

Tu culo, prieto, redondo, que envidio.


Piernas de vello corto que buscan mis cosquillas, adivino más que veo, ese lunar en tu muslo derecho casi en la ingle que mi lengua afanosa, se empeña siempre en borrar.



Tu miembro ahora inerte, se balancea, ora fijo, ora repiquetea tembloroso como campanil, sigo hipnotizada su vaivén, muerdo mi labio recordándolo horas antes, inhiesto, desafiante, brillante.



Vuelvo a ti, no me ofreces tus ojos, pero los conozco, chispeantes, siempre sonrientes, me dan la vida cada vez que me miran.



Tu pelo revuelto, la barba incipiente que ya siento, herirá mi piel.



Te muestras ajeno, pero tu amigo del alma te traiciona, cría cuervos!, con voz propia, se manifiesta, él también se despereza, demanda su atención y busca su espacio, me señala maleducado y junto a él levanto mi mirada y ahí están por fin tus ojos, sorprendida en mi contemplación , me ruborizo, ahora soy yo la observaba, voyeur y exhibicionista intercambian sus papeles, excitada, me expongo, me preparo a recibir de mi propia medicina, disfrutarte, disfrutarnos, siento ya tu mirada...... cierro los ojos.
Pintura de Zhaoming Wu y Fotografía de Iñigo Aspirez- premio Ojodigital dos fantánticos artitas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oye, qué guapo el chico de tu relato!!! ¿me puedo llevar la foto? cañón total!!
jajaj

;)
Marta.

el templo de artemisa dijo...

claro que sí, guapa, tú si que sabes...cañón total, es un amigo de Iñigo.

Besos